“Dame, pues, ahora este monte, el cual el Señor me prometió…si el Señor está conmigo, yo expulsaré los enemigos, tal como el Señor dijo” Josué 14:12
Cada uno de nosotros tiene por lo menos una montaña que conquistar, espiritualmente hablando. Si siempre eliges el camino fácil pidiendo los valles pacíficos, nunca verás el poder de Dios manifiesto para permitirte tomar una montaña.
Muchos se sienten inadecuados para afrontar las montañas de su vida. Los hijos de Dios siempre enfrentan obstáculos en sus vidas, pero con la fuerza del Señor podemos superar todas. Caleb nos da por lo menos tres pautas para conquistar nuestras montañas.
Confía perseverantemente: La fe de Caleb en Dios no fue sacudida por las circunstancias de la vida. La mayoría alrededor de él había declarado imposible la tarea de conquistar la tierra prometida, pero no así Caleb.
En Números 14:24 dice “Mi servidor Caleb tiene una actitud diferente a los demás. Él se ha mantenido fiel a mí, por lo tanto, yo le daré la tierra que él exploró.” Si vamos a avanzar y tener éxito, nosotros también debemos ser diferentes a los demás y expresar nuestra confianza en Dios.
Mantente en buen estado: Los pusilánimes y flojos no conquistan nada, son conquistados por otros. Muchos se sienten inadecuados para afrontar las dificultades de la vida porque no están en buen estado físico, emocional y espiritual.
En Josue 14:11 dijo Caleb “Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y aún puedo andar y pelear tan bien como lo hacía entonces”. Caleb, con 85 años, se mantuvo en buen estado y con fuerzas.
Nada es gratis: Muchos creen que la victoria se logra solo por ser hijos de Dios y que no hay que hacer mucho esfuerzo, total Dios pelea por mí. Solo porque hay promesa no significa que no haya que pagar un precio.
En Josue 14:12 Caleb dijo “Tú recordarás que, mientras explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas”. Caleb tuvo que batallar contra enemigos pero estaba seguro de que con el poder de Dios podía lograr vencerlos.
CONCEPTO IMPORTANTE
Los hijos de Dios siempre enfrentan obstáculos en sus vidas, pero con la fuerza del Señor podemos superar nuestras montañas por más accidentado que sea el terreno. Al perseverar en nuestra fe veremos como resultado la promesa de Dios para nuestra vida.
Caleb había comprobado que efectivamente era posible, con la fuerza del Señor, conquistar la tierra. Los demás cedieron al miedo y, como resultado, nunca entraron a la tierra prometida. Las promesas de Dios siempre vienen con una premisa.
Sin la armadura de Dios, sin hacer un esfuerzo, sin mantenerse en buen estado, tenemos garantizado el fracaso. Quiero animarte a pedir «las montañas» y serás testigo de cómo Dios hace cosas a través de tu vida que sólo pueden explicarse por Su poderosa mano.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti agradeciéndote por tus promesas para mi vida. Hoy te ruego que me ayudes a perseverar en mi fe. Ayúdame a estar en buen estado físico, emocional y espiritual para acceder a mis montañas.