AMIGOS DE DIOS

“Ya no los llamo esclavos, porque el amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son mis amigos” Juan 15:15

Tu relación con Dios tiene muchos aspectos diferentes: Dios es tu Creador y Hacedor, Juez, Redentor, Sanador, Padre, Salvador y mucho más. Pero la verdad más impactante es ésta: ¡Dios Todopoderoso anhela ser tu amigo!

Qué privilegio llegar a ser el mejor amigo/a de Dios! Pero, ¿cómo podemos poner en práctica o desarrollar la amistad con Dios a diario? ¿Cómo podemos convertirnos en el/la mejor amigo/a de Dios? He aquí cuatro requerimientos para lograrlo.

Mediante la obediencia: Generalmente no vemos la obediencia como un signo de amistad. Pero Jesús insiste en que la obediencia es una condición de amistad con Dios. En Juan 15:14 dice “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando”. Obedecemos a Dios, no por deber, miedo o imposición, sino porque lo amamos y confiamos en que nuestro “Amigo” sabe lo que es mejor para nosotros.

Meditando en Su Palabra: Es imposible ser amigo/a de Dios sin saber lo que Él dice. No puedes amar a Dios a menos que lo conozcas, y no puedes conocerlo sin conocer su Palabra. David, el amigo de Dios, dijo en el Salmos 119:97 “¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día”. Por ello, enfoca tus pensamientos en la Biblia. Las Escrituras ofrecen una descripción de quien es Dios y como puedes ser su amigo/a.

Comunicándome con Dios: Una relación sin comunicación es una aberración. Nunca desarrollarás una relación cercana con Dios simplemente asistiendo a la iglesia o haciendo obra social. En 1 Tesalonicenses 5:17 dice “Oren en todo momento”. Esto significa mantener una conversación abierta y continua con Dios durante todo el día. Cualquier cosa que estés haciendo o pensando, compártela con Dios.

A través del amor activo: La verdadera amistad no es pasiva, sino activa. Nadie quiere amigos/as de palabra solamente, sino de acción. En Juan 13:35 dice “El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos”. Cuanto más nos preocupemos por las cosas que a Dios le importan, más amigos nos volvemos con Él y con otros.

CONCEPTO IMPORTANTE

Durante miles de años antes de Cristo, la Biblia identifica a muy pocos como “amigos de Dios” tales como Abraham, Moisés y David. Jesús cambió radicalmente esa situación, abriendo un nuevo puente que hace que Dios pueda ser amigo de todos.

A Dios le interesa tanto esto que su Palabra dice que nuestra prioridad número uno en la vida debe ser conocerlo y amarlo más cada día. Nos convertimos en los mejores amigos de Dios mediante la obediencia, la meditación en su Palabra y una comunicación sin cesar.

La amistad con Dios debe ser demostrada en acciones hacia Él y nuestro prójimo. Si no puedes describirte como un/a amigo/a de Dios, has un compromiso de buscarle a Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

MOTIVO DE ORACIÓN

Señor Jesús hoy vengo delante de ti para darte las gracias por querer ser mi amigo. Hoy me comprometo a obedecerte, meditar en tu Palabra, hablar contigo, y a amar a otros como te amo a ti.

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