VICTORIA UN PASO A LA VEZ

“Poco a poco, el Señor tu Dios irá expulsando a esas naciones de tu paso. No las echarás a todas de una sola vez” Deuteronomio 7:22

Aunque Dios podría transformarnos instantáneamente, ha decidido hacerlo lentamente a través de un proceso. Dios permitió que los israelitas conquistaran la Tierra Prometida poco a poco por muchas razones.

Jesús caminó y trabajó con sus discípulos en un proceso que duró más de tres años. Dios prefiere trabajar paso a paso en nuestras vidas y he aquí cuatro razones del por qué.

Tenemos mucho que desaprender: Es un hecho que la mayoría de nuestros problemas, y todos nuestros malos hábitos, no se desarrollaron de la noche a la mañana. En Romanos 13:12 dice “Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta”. No hay ninguna píldora, oración o formula que repare instantáneamente el daño de muchos años.

El crecimiento a menudo es doloroso: No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio sin pérdida, y no hay pérdida sin dolor. Todo cambio implica algún tipo de perdida y dolor. David dijo en el Salmos 119:71 “Estuvo bien que me hicieras sufrir porque así entendí tus enseñanzas”. Sin dolor no hay ganancia. Es parte del proceso de crecimiento.

Aprendemos despacio: A menudo tenemos que reaprender una lección un montón de veces para comprenderla por completo. Los problemas se repiten y pensamos: “¡Por que otra vez, ya lo sé!”. Pero Dios sabe mejor. La historia de Israel ilustra lo rápido que olvidamos las lecciones que Dios nos enseña y lo pronto que volvemos a nuestros viejos patrones de comportamiento.

Los buenos hábitos requieren tiempo para desarrollarse: Solo hay una manera de desarrollar los buenos hábitos, con práctica. No hay hábitos instantáneos. En 1 Timoteo 4:15 dice “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando”. Recuerda que tu carácter es la suma total de tus hábitos. No puedes afirmar ser amable a menos que lo seas habitualmente y esto toma tiempo en desarrollarse.

CONCEPTO IMPORTANTE

No es realista esperar que los viejos hábitos desaparezcan de inmediato. Requiere el arduo trabajo de eliminar y reemplazar. La Biblia lo llama “despojarse del viejo hombre” y “revestirse del nuevo hombre”.

Es un hecho que tenemos temor al cambio, incluso si nuestras viejas costumbres son dañinas para nosotros. Es como un par de zapatos viejos que al menos eran cómodos y familiares. Pero si no cambiamos nos extinguimos.

Todo proceso de cambio es doloroso y toma tiempo porque aprendemos despacio. Incluso a veces tenemos que repasar las mismas lecciones varias veces. Quisiera animarte para no huir a este proceso porque es para nuestro propio bien y su fruto perdura para bendición de muchas generaciones.

MOTIVO DE ORACIÓN

Señor Jesús hoy vengo delante de ti reconociendo que tengo temor al cambio. Perdóname por mi impaciencia. Hoy te ruego que me ayudes para desaprender lo viejo y vestirme con la nueva creación tuya dentro de mí.

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